martes, 5 de mayo de 2015

Audiencia I - 4 de mayo de 2015

Lineamientos de las partes: 

La querella expresó que se probará que Luciano Arruga fue llevado, el 22 de septiembre de 2008, alrededor de las 13 al destacamento de Lomas del Mirador y mantenido aislado en la cocina del lugar hasta las 20 aproximadamente. El oficial a cargo en aquella oportunidad era Julio Diego Torales, quien tenía conocimiento de que la dependencia policial no debía alojar detenidos por no tener las instalaciones necesarias.

También se acreditará que, entre las 13 y las 20, Luciano Arruga fue incomunicado, sufrió amenazas a su integridad sexual, física y psicológica y que, a pesar de haber ido a buscarlo, Mónica Alegre (mamá) fue inducida a retirarse para buscar la documentación (partida de nacimiento) que le pedían para liberarlo. Una vez afuera, Luciano fue a su casa hasta que Vanesa (hermana) volvió de trabajar para acompañarlo al Hospital Policlínico de San Justo a constatar las lesiones provocadas por la tortura. La denuncia realizada por los particulares damnificados incluye la afirmación de que Luciano Arruga modificó su comportamiento a raíz del miedo que le provocó aquella detención de más de ocho horas y las reiteradas amenazas que sufrió antes y después.

 La defensa de Julio Diego Torales calificó a las torturas denunciadas como "hechos que se le quieren enrostrar al acusado" y además aseguró que el policía "carga con el estigma de ser detenido por razones políticas" por "una organización de derechos humanos que influenció la administración de justicia y tiene llegada al ejecutivo nacional". Refiere, además, que la imputación contra el oficial es "delirante" y "exótica". La defensa aclara -sin explicar con qué objetivo- que tiene intención de citar a Horacio Verbitsky (presidente del CELS), Daniel Scioli (gobernador de la Provincia), Fernando Espinoza (intendente de La Matanza), al "subsecretario de Derechos Humanos" Guido Carlotto (en realidad es secretario de Derechos Humanos de la Provincia) y a Viviana Arcidiácono (titular de Asuntos Internos de la Provincia).

En carácter de testigo, Mónica Raquel Alegre expresó que la mañana del 22 de septiembre de 2008 un patrullero fue a buscarla a su casa para preguntar si allí vivía su hijo Luciano Arruga. Cuando ella responde que sí, los efectivo le informan que estaba preso por robo y, a pesar de acercarse en un vehículo, la hacen ir caminando a buscarlo. En el destacamento de Lomas del Mirador es recibida por un policía que no pudo identificar y, luego, quien fuera el teniente Torales. No le permitieron ver a Luciano, que estaba completamente incomunicado.

Mónica expresó que permitió esa cantidad de violaciones a sus derechos y los de su hijo por ignorancia y desconocimiento. Mónica llamó a su hija Vanesa Orieta para que pudiera acercarse a ayudarla a intentar liberar a Luciano. Orieta se presentó e inmediatamente comenzó a exigir que se respetaran los derechos de su hermano, que no lo mantuvieran incomunicado, que dieran intervención a un juez y que lo liberaran si no tenían ningún motivo para mantenerlo encerrado. En un momento, Mónica cuenta que se abre la puerta de una habitación en un pasillo que ellas no podían ver y entonces se escuchan los gritos de Luciano: "¡Vane! ¡Sacame de acá que me están matando a golpes!". Al instante, esa misma puerta se cerró, Mónica se había acercado a intentar ver a Luciano, por lo que puede afirmar que la puerta fue cerrada por una bota policial. Luego, se escucharon golpes, gritos y ruidos fuertes. Vanesa tuvo que ir a trabajar, pero le pidió a Mónica que no se retirara del lugar. La policía, sin embargo, le informó que si no buscaba la partida de nacimiento de Luciano, no podría retirarlo. Mónica debió irse a buscarla a Puente La Noria ya que estaba en manos de su cuñada, que estaba tramitando el documento de Luciano.

"Yo no sabía que a un menor no se lo podía mantener incomunicado", contó Mónica. "Hay que esperar la orden del juez", dice que le mentían, pues nunca se dio intervención alguna a un juez. Cuando Luciano salió estaba enojado y frustrado. Comenzó a denunciar en sus caras, uno por uno, a los policías que lo habían maltratado, golpeado y torturado. El entonces Teniente Torales se burlaba, por lo que el joven tomó su teléfono que estaba enchufado para tirárselo. Ahí comenzó a insultarlo: "negro rastrero", "¿no ves que sos un chorro?", etc. "¡Vos me agarraste cuando los otros me pegaban!", "¡Vos me hiciste comer un sánguche escupido por todos ustedes, cagón!", gritaba Luciano. Torales, ante la denuncia permanente, amenazaba con "meterlo adentro", e incluso la extendió a Mónica, "si no lo callaba". "Te voy a llevar al pabellón rosa/donde están los violines", era una de las agresiones verbales que profirió. Una vez afuera, volvieron a su casa en el barrio 12 de octubre. Vanesa llegó de su trabajo alrededor de las 23 y fue con Luciano a hacerlo atender al Policlínico. Mónica afirmó en su testimonio que el único problema que Luciano tuvo con la policía fue resultado directo de su negativa a robar para los efectivos del destacamento de Lomas del Mirador.

La defensa interrogó incisivamente a Mónica Alegre. Se extraen algunos fragmentos de diálogos:

 Defensa: -¿Qué hizo mientras le pegaban a su hijo?
 Mónica: -Tengo pocos estudios, nunca pensé que iba a pasar esto. Lo único que pude hacer es llorar. Vanesa sí reaccionó y exigió que le devolvieran a su hermano.

Defensa: -¿Por qué se fue a buscar la partida de nacimiento a las 15?
Mónica: -Yo llegué, estuve ahí, llamé a mi hija que llegó alrededor de las 14. Se escuchó el grito, los golpes. Me fui aproximadamente a las 15.
Defensa: -La pregunta es, ¿por qué se fue mientras le pegaban? Si según usted...
{Particular damnificado pide claridad}
 Defensa: -¿Por qué se fue mientras le pegaban?
 Mónica: -Hice lo que cualquier madre hubiese hecho, era la única forma de sacarlo.

Defensa: -¿No habló con ningún funcionario para que dejen de pegarle?
Mónica: -¿Con quién? ¿Con los policías que se me estaban riendo?

Defensa: -Usted tiene una buena comunicación con su hijo... ¿no le contó por qué o cómo lo eligieron para 'trabajar' para la policía?
 Mónica: -Yo vivo en un barrio de emergencia...
{Particular damnificado pide claridad}
 Defensa: -¿Por qué lo eligieron a Luciano?
{Particular damnificado se opone a la pregunta: el ofrecimiento a Luciano no es lo que se juzga y la madre no es perito, por lo tanto no debe opinar, sino contar lo que vivió} 
Reformula la defensa: -¿Luciano le contó alguna vez que le ofrecieron 'trabajo'?
Mónica: -Sí
Defensa: -¿Por qué?
Mónica: -Lo hacen con la mayoría de los pibes.

Defensa: -¿Usted vio o le contaron lo del sándwich escupido?
Mónica: -Luciano se lo dijo a Torales en la cara cuando fue liberado. Torales se reía.
Defensa: -¿Lo obligaron?
Mónica: -Según Luciano, sí, Torales no lo negó.

(Luciano trabajaba en una fundidora)
Defensa: -¿Trabajó anteriormente?
Mónica: -Sí, antes y después.
Defensa: -¿Qué hacía?
Mónica: -Juntaba cartones.
 Defensa: -¿Qué piensa de que un chico de 16 años esté obligado a cartonear?
Mónica: -Orgullo por mi hijo, señor, porque eligió eso antes que agarrar un arma y robar para la policía.

Luego de la declaración de la madre del acusado, que dio percepciones personales, y de dos médicos, un amigo de Luciano y una amiga de Vanesa -que vivía con ella- apoyaron la versión familiar. El joven informó que Luciano comenzó a vivir con miedo y a pasar cada vez menos tiempo en el barrio, además de que aquel 22 de septiembre volvió apoyado en su madre para poder caminar. Rocío, amiga de Vanesa, explicó que en aquel momento Luciano comenzó a quedarse a dormir en su casa y que una vez le pidió ayuda porque la policía no le permitía caminar por la calle de su barrio.

Este juicio continuará el martes 5 de mayo con la declaración de Vanesa Orieta. Familiares y amigos de Luciano Arruga junto a la APDH La Matanza convocan a una conferencia de prensa a las 8AM, antes del ingreso a la segunda audiencia.

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